terça-feira, 20 de julho de 2010

Amigo.

No os llamo ya siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. Juan 15:15.

    Una vez que regrese al Señor, entonces estamos caminando en la fe con el Señor Jesús mismo pone en nuestro camino, las personas que, con el tiempo, se convierten en nuestros amigos.


   Cuando una persona llega a la Iglesia del Señor Jesús, ven sola, sin esperanza. Perseverar, empieza a entender lo que el bautismo en agua, deje el error, una nueva creación. Pero Dios no actúa sola, Él pone los ángeles que nos ayudan y venir a vivir con nosotros. Los amigos del Señor, son nuestros amigos. Ruega por nosotros, están siempre alrededor y hoy es raro encontrar a las personas si son verdaderos amigos.


   Hay amigos fingiendo ser amigos, pero sólo cuando usted pasa por un momento difícil es que se llega a saber quién es realmente su verdadero amigo. De niño, yo tenía cuatro jóvenes amigos de la infancia. En aquel entonces, cuando después de la escuela fuimos a jugar a una plaza que estaba delante de mi vieja casa. Estudié en la mañana. y cada fin de semana nos juntábamos a almorzar en la casa de cada uno. Fue un giro. En ese entonces todavía era posible jugar en la calle, no tenía internet, fue en los años 80. Gracias a Dios tuve hijos. Mi infancia fue en la zona oeste de Río de Janeiro.


   Nos trasladamos al norte de Río de Janeiro. Muy diferente. Incluso hoy en día es así. La gente del norte es más consumista, le encanta la moda, y sólo tiene que ir con quien tiene algo o algo así. Por desgracia es la verdad. Me sentí la diferencia en la piel. Pero gracias a Dios es diferente, para que yo pudiera conocer a Dios y no se mezclan con nadie.


   Por ahora, sigo viviendo en el norte, pero pronto se llega al oeste. Sólo que esta vez sí sola no va a estar de vuelta, de vuelta con el Amigo que me reuní con el amigo que me ofreció la mano cuando lo necesitaba y pensé que no había salida. Volver con el Señor Jesús, mi único y verdadero amigo.


   A él recurrían las angustias y las alegrías también. Es él quien nos utiliza a ser amigos de los que necesitan nuestra ayuda. Y nosotros le atraía porque le gusta y es nuestro amigo.


   Mantente fuerte con Dios.

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