Todo lo que pidáis en oración, creyendo, lo recibiréis. Mateo 21:22.
Varias razones nos llevan al Señor Jesús. Una enfermedad incurable, una familia con las adicciones, el esposo o la esposa que huyó de su casa, por fin, nuestra vida tenhoa una dirección y de repente parece que todo gira al revés. Entonces nos acordamos de un amigo o alguien en la calle nos dijo que el Señor Jesús, y comenzó a buscarlo. El primer cambio es en el interior, y luego a las otras cosas que se agrega.
Pero sabemos que cuando nos vienen a buscar al Señor Jesús, es porque llegamos a la última puerta, es la física de fondo de pozo. Y eso es sólo el comienzo. Aprendemos a orar cosas, hablar con Dios y el uso de nuestra fe, y poco a poco lo hemos conseguido, pasando por las luchas, en el desierto, para ser en forma de po Dios, pasando por ensayos para madurar espiritualmente, por fin.
Pedimos a Dios para transformar una familia, le pedimos a Dios para restaurar el matrimonio, la cura de enfermedades, pero lo que usted, lo que han pedido? Bienes materiales? Un hombre de Dios? Ser un emprendedor? Pero ¿qué hay de ti mismo, tú has dado tu vida al Señor Jesús? Te pedimos tanto a Dios, pero se detuvo a escucharlo? ¿Ha pensado alguna vez lo que Dios quiere que hagas? Dejas que la obra de Dios en tu vida?
Muchas mujeres dejan sus vidas en manos de los hombres que no tienen el carácter de Dios, por lo tanto, sufren, se sienten humillados, y, finalmente, entregar la vida y el corazón en las manos de un niño que no quiere saber nada con ellas, usar y tirar . Esa es la verdad, y son reacios a abandonar la vida y el corazón en las manos de aquellos que murieron por nosotros. Dios es amor y justicia.
Pregunte a algún favor de Dios es fácil, es difícil dejar que Él haga lo que quiera en su vida. Cuando dejamos que la obra de Dios, estamos demostrando que lo que confiamos en él completamente. Cuando le dejamos actuar, para mostrar lo que necesitamos su ayuda, su sabiduría. No todo lo que pedimos es lo mejor para nosotros, hay que dejar que lo haga, que haga lo que hay que hacer. Sólo entonces se puede pedir, pero que sobre todo se hace en su voluntad y no la nuestra. Esa es la adicción, el miedo y el amor de Dios.
La renuncia a Aquel que es capaz de transformar su vida. Deja tu corazón en sus manos, y él se va a transformar su vida.
Mantente fuerte con Dios.
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